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viernes, 8 de junio de 2012

LA GRAMÁTICA CASTELLANA


2.- LA GRAMÁTICA CASTELLANA
Yo tenía 9 ó 10 años; no era de los últimos y me aburría soberanamente en clase. La maestra  Doña Prudencia les había dicho a mis padres  que, más allá de los 1400 problemas, no tenía mucho más que enseñarme, que tendrían que pensar en irme preparando para el examen de Ingreso en algún instituto o “convento”. Decían “convento”, porque era la única manera de estudiar a un precio que los padres pudiesen pagar con el resultado de las magras cosechas. Pero eso, el internado y el bachiller,  eran palabras mayores y soñar despiertos.
Así que la maestra, para que no perdiese demasiado el tiempo, un día sacó del armario un libro titulado “Gramática de la Lengua española” de la Editorial Hernando, creo.
__ Estúdiate los verbos.
Yo empecé por los verbos, claro, y a voz en grito, que era como se estudiaban  entonces las tablas de multiplicar y las conjugaciones de los verbos.
Pero al cabo de un momento, debió  atacarme el aburrimiento o tal vez la inspiración__ ¿quién sabe lo que pasa por la mente de un niño de 9 años?__, cerré el libro y fijándome en la cubierta  y con determinación y a voz en grito comencé  a conjugar de nuevo:
___” Yo gramatiqueo, tú gramatiqueas, él gramatiquea, nosotros…”
Debió ser memorable,  porque sólo recuerdo en mi cabeza y sobre mis antebrazos que intentaban protegerme, la mayor  lluvia de palos que recibí en mi vida…
Y gracias, sobre todo a la diligencia del marido de Doña Prudencia, __“la vara de sauce o avellano que tenía en el rincón repartía justicia a diestro y siniestro”__... “la letra con sangre entra”, ”aprender en cabeza ajena” , etc. La sabiduría popular hecha teoría y práctica... o sea, gramática parda.

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